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Película bastante apreciable dirigida por David Gordon Green y dedicada a mayor lucimiento de ese actor irregular pero siempre con detalles interesantes llamado Nicolas Cage. Es este un camaleón de rostro no demasiado expresivo que ha transitado por un David Lynch (Corazón salvaje), por los hermanos Coen (Arizona Baby) y películas tan notables como Leaving Las Vegas y tan desechables como La mandolina del capitán Corelli o Ghost Rider. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Larry Brown y nos cuenta la vida de un perdedor de buen corazón, violento y primario, en el profundo y miserable sur norteamericano que termina apadrinando a un joven con un padre alcohólico. Una novela de crecimiento, bildungsroman, entre un maestro desencantado y triste --y por una vez muy expresivo, bien Cage-- y un discípulo lleno de vida y de frustraciones que busca su lugar en un mundo rudo y brutal de los cortadores de árboles en las marismas del Sur norteamericano. Magnificas interpretaciones en general y sorprendente la del actor, no profesional, que hace el papel de padre del joven. Se trata de un autentico vagabundo con trastorno bipolar que murió de un cáncer de pulmón unos meses después de finalizar la filmación. Todo esto configura esta cinta indie, bastante honesta, oscura, violenta, marginal y miserable tal como es el ambiente rural que nos muestra de una forma cruda y sin concesiones.
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