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El británico Yann Demange, curtido en las series de televisión, debuta en el largometraje de ficción con «’71». Y realmente lo hace con pericia. El título y la música de David Bowie nos sitúan. Estamos en Gran Bretaña, conccretamente en el Ulster, en plena efervescencia violenta y guerra de guerrillas de católicos (IRA), protestantes (policía del Ulster y guerrillas organizadas) y Ejército británico en un Belfast nocturno y lluvioso de ambiente tenso, donde la brutalidad y la violencia enfrente a las tres partes del conflicto, dominado por las actividades y los tratos de los señores de la guerra de una y otra facción, ante le incomodidad y peligro de los soldados.
Asisitmos a la toma de conciencia y los avatares de un joven soldado inglés recién reclutado que no entiende los ataques de la población civil y los insultos y agresiones contra ellos, mientras protestantes y católicos libran su propia guerra de vendettas y asesinatos. La hostilidad y sufrimiento de la población se convierten en un enigma moral difícil de sustanciar para el joven soldado, que se pierde por el barrio católico de Belfast y debe tratar de sobrevivir ante el interés de algunos británicos enrolados en cuerpos especiales de acabar con él por ser testigo de los trapicheos entre unos y otros.
El mensaje de la película no necesita palabras ni razones, Basta con la violencia indiscriminada, la acción de thriller y una confusión ideológica y política que deja sobrecogido y desconcertado al espectador (el mismo que refleja el actor protagonista, un estremecedor y auténtico Jack O'Conell). Magnífica película, que evita un tratamiento maniqueo abona la confusión y la violencia como elementos básicos..
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