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Desde los años 60 las tiras de comics de los "Peanuts", es decir de las aventuras de Charlie Brown, su perrito Snoopy su hermanita Sally y del conjunto ,magnífico y divertido de amiguitos, en los que podemos ver larvados todos los defectos, virtudes, manías y ambiciones de los adultos de la sociedad avanzada. Parejo de alguna forma a las tiras de "Mafalda" del argentino Joaquin Salvador, "Quino" , que vendría a ser la versión tercermundista, comprometida políticamente y mentalizada de los niños norteamericanos. Y ambos tienen un elemento común que entonces, en aquélla época, era rompedor: tiras cómicas infantiles para lectores adultos. Los dibujos más esquemáticos , poéticos y sencillos de Charles Schulz, frente a los más elaborados y dramatizados de Quino crearon una dicotomía (falsa) universitaria que frivolizaba las diferencias haciendo un paralelismo entre los que defendíamos a Camus sobre los devotos de Sartre.
La película, dirigida por Steve Martino con guión de los hijos de Schulz y producida por Sky Studios con animación 3D, muestra una historia a la vieja usanza de la vida de los niños en su escuela y en sus propias vivencias en la tranquila y opulenta sociedad norteamericana de la clase media de los sesenta (los adultos son inexistentes y se representan por voces distorsionadas) en las que la imaginación, el sentido poético de la vida y las pequeñas miserias y temores de los niños en su convivencia nos ofrecen un mundo cuasi idílico en el que no existe la maldad y lo más duro que hay es el mal genio de Lucy (con su gabinete de terapia a 1 centavo el consejo) o la dependencia de Linus por su frazadita (por otra parte una de las mentes más lúcidas y razonables de todo el elenco infantil). Charlie Brown, con su inseguridad, su bondad y su dulce pesimismo, así como su optimista, feliz y travieso perro Snoopy, son ya unos iconos tan conocidos de la cultura pop que podemos obviar explicaciones. No hay novedades para los que leímos las tiras y vimos los cortos que realizaron en su día. Quizá en eso estriba su valor. Será curioso constatar hasta qué punto los jóvenes de ahora llegan a vibrar con esos adorables personajes, ya que nadie del equipo realizador se ha atrevido a introducir cambios o a mostrarnos algo nuevo sobre ellos. ¿falta de atrevimiento o renuncia a ser algo más que una bella muestra de nostalgia?
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