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Sean Penn no es Liam Neesson. A diferencia de este maduro actor, Sean no impregna de seriedad y solvencia todos sus papeles, por limitadita que sea la trama. Sean tiene sus buenas películas (pocas) unas del montón (la mayoría) y malas (pocas también). La comparación viene porque estamos hablando de Pierre Morel, mismo director en ambas, "Caza al asesino" y "Venganza". A partir de ahí, el conjunto se deshace en diferencias cualitativas y eso teniendo en cuenta que "Venganza" tampoco es una maravilla.
Al principio, muy prometedor, creemos encontrarnos en una peli como "Diamantes de sangre", entre la comercialidad y la denuncia. Aquí se nos lleva al profundo continente negro, con países devastados por señores de la guerra y gentes sin escrúpulos, potencias occidentales enmascaradas y materias primas ambicionadas por las multinacionales y sus ejércitos de mercenarios capaces de derrocar un gobierno o asesinar a políticos incómodos.
Pero inmediatamente pasamos al thriller puro y duro pero sin originalidad, tiroteos, persecuciones, peleas brutales y muertes a mogollón, como si fuera un videojuego. Está bien rodada y es creíble pese a los personajes planos, pero no logra convencer. Secuencias breves de un Javier Bardem que parece poco a gusto con el papel y nos brinda una interpretación de pena (sobre todo al final). Sean no abandona su rostro de dispépsico en todo el film y se lo curra, aunque se ve incómodo en ese papel de héroe activista. La peli no aburre y eso ya es mucho. Como siempre me disgusta el tópico españolada y la Barcelona que sale en la película es lamentablemente ajena a la realidad, incluida la corrida de toros. Mucho mejor esa otra peli, "Caza a la espía" donde Penn y Naomi Watts convencen de verdad.
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