
"Se ruega dejar de un lado la lógica, renunciar a comprender el porqué de las cosas y...observar, temer o admirar". Denise Desjardins, discípula del maestro en vedanta, Swami Pjajnanpad, nos aconseja una actitud taoísta como la descrita a fin de poder conectar y comprender la fuente de la acción, la energía que la permite, desde el funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente a todas las acciones que acometemos durante cada minuto de nuestra vida, incluido las etapas de sueños. No hay descanso para esta inconcebible máquina de gran precisión que es el ser humano y todas sus acciones le conecta en una interacción constante con el entorno, con los otros seres humanos, con los objetos, los seres vivos de toda condición, vegetales, animales, una gigantesca sinfonía incesante de energía que mueve, crea, muere, se transforma.
Como dice en su libro: "un poder inconmensurable que anima las cosas, las vidas, tanto alrededor como en nosotros, hace crecer nuestros cabellos, latir nuestro corazón, que se muevan los astros y rujan los océanos. Esa potencia nos hace actuar. Ella es, también la que nos une". Pero primero, dice Desjardins, detente y observa, trata de ser consciente de esa fuerza, ese poder, busca la cohesión interna que te permita sentirlo, luego ábrete a él sin ningún temor y fluye en la propia acción. y si es de esta forma el acto solo puede ser justo. Y para llegar a ese acto justo, dice Desjardins "que cesen nuestros combates íntimos, desprender el deseo de su ganga de miedo, desatar los nudos emocionales que detienen la abertura del corazón, la comprensión de aquellos que nos rodean...". Ya que "cuando aceptáis mental y emocionalmente de que es, disponéis de toda vuestra energía y podéis usarla como queráis".
Si sabemos que la energía drenada por una carga emocional suscitará un acto no apropiado, también provocaremos una reacción contraria y ésta otro acto inapropiado en una cadena que suele atarnos a casi todos los humanos. Desjardins propone una ascesis emocional para transitar por el camino de la aceptación que es "un factor esencial que pemite si uno se adhiere realmente a los acontecimientos y situaciones, tener a su disposición todo su potencial energético. La no aceptación bloquea esa energía". ¿Esto no es el "wu wei" de los taoístas? ¿No es la gloriosa frase de Epicteto cuando nos aconseja : "No pidas que los cosas sucedan como deseas, sino desea que las cosas que pasan, pasen como están pasando". Y eso sirve para acontecimientos de la índole que sean o para las personas, a las que debemos apreciar como son y no como quisiéramos que fueran.
En consecuencia "respondo franco, sin rodeos, a lo que la vida pide en un momento dado. No hay motivaciones egoístas: se hace lo que debe hacerse. Nuestro ego y nuestros deseos no intervienen en absoluto. Ni nuestros gustos." Y para preparar la acción correcta, es esencial la reflexión y la deliberación. Esa es la linea maestra: deseo, decisión y preparación. Eso nos lleva al conocimiento, "conocer es ser" dice Desjardins.. Pero después de la acción correcta uno debe "soltar la presa", es decir no vincularse personalmente al resultado. Hemos hecho lo debido, puesto ya está bien. El resultado no depende sólo de nosotros, sino de múltiples parámetros incontrolables, por tanto hay que evitar expectativas y deseos. Será lo que tenga que ser. Para nuestra autora el secreto de la acción correcta es: "minucia en la preparación, concentración en la ejecución, libertad ante el resultado".
Un pequeño libro con varios grandes mensajes.
FICHA
PEQUEÑO TRATADO DE LA ACCIÓN.- Denise Desjardins.- Trad. Manuel Serrat.-José J. de Olañeta, editor.- 145 págs. -9 euros.- ISBN 9788497161633
Comenta este artículo …