Este libro o mas bien panfleto político o ensayo político -social del gran Tolstói fue escrito unos diez años antes de la muerte del genial escritor 1828-1910), cuando ya su vida había dado un importante bandazo hacia lo místico, la ayuda a la pobreza y la miseria de la gente del pueblo y sus descendientes se disputaban una cuantiosa herencia que Tólstoi se empeñaba en donar a los más necesitados. El escritor se sentía ya muy lejos de aquellas grandes obras, "Guerra y paz" o Anna Karerina" que habían cimentado su fama mundial, pero aún no se había producido la segunda Gran revolución rusa, la de octubre de 1917 (sería el 7 de noviembre de ese año según el calendario vigente en Europa, el gregoriano) que habría de cambiar la faz de su país y aterrorizar a la confiada Europa (y seguramente también a él que era un pensador moralista, utópico y bienintencionado).
"Contra aquellos que nos gobiernan", forma junto a ""¿en qué consiste mi fe?" o "El reino de Dios está en vosotros" en una trilogía que da forma a su voluntariosa crítica al poder y en un llamamiento a una rebelión no violenta proclamada con acentos apostólicos y cristianos, pero también con gran lucidez y un realismo irónico que mostraba los defectos sociales y políticos que provocaban miseria, injusticia y amargura en la gran población rusa que apenas podía sobrevivir, ante el dispendio y el lujo de una minoría privilegiada, poderosa y sin ningún tipo de moral.
Escrito con un estilo claro y contundente, con precisas descripciones y situaciones vividas por el propio escritor y con un ánimo de denuncia que convierte el texto en una irritada y conmovedora protesta contra la vida miserable que era moneda corriente en su país, nos va mostrando estampas de la vida cotidiana de las elementos mas humildes de la población rusa, desde los braceros de la estación moscovita de Kazán, a la durísima vida de las obreras de una fábrica cercana a la casa del escritor, como una serie de reportajes donde abundan las preguntas pero no se da ninguna respuesta, donde apunta la brutal injusticia pero no se indica un camino eficaz para solventarla, ya que la religión no ayuda a esas personas sino que de alguna manera tolera y justifica todo ese horror popular.
Su lucidez le permite vaticinar que la socialización de los medios de producción no sería viable para el progreso de las clases más oprimidas, mientras que las nuevas tecnologías de producción no favorecerían a los humildes sino que enriquecerían aún más a los poderosos. Las leyes van siendo dictadas por los poderosos que como siempre tienen el poder de controlar la policía y el Ejército los medios tradicionales de la "violencia organizada" para mantener una mayoría oprimida de humillados y ofendidos.
La propiedad de la tierra sigue siendo un activo en un país de grandes extensiones rurales y Tolstoi preconiza el reparto de las grandes propiedades de terratenientes entre la población (él mismo libera a sus sirvientes-esclavos y trata de repartir sus tierras con la oposición legal de sus familiares). En plena efervescencia visionaria Tolstoi asegura que si la población se niega a trabajar en esclavitud, a formar parte de la policía o el ejército, a apoyar en forma alguna a los Gobiernos de los poderosos, todo colapsará y podrá iniciarse una revolución auténtica, pacífica por y para el pueblo.
Como más tarde harían Gandhi, Thoreau o Luther King, Tolstoi clama por la resistencia pacífica, el negarse a pagar impuestos, el rechazar la explotación o las levas de soldados. Su fallecimiento y su edad le impiden ver el destino aciago de esos profetas de la paz (en el caso de Thoreau, sólo fue la cárcel de la que fue prontamente liberado por sus amigos, los otros dos fueron asesinados).
A pesar de todo la crítica contra la clase política y la financiera, los intelectuales, juristas y economistas que apoyan los abusos e injusticias que se cometen, son de plena actualidad y atañen con igual contundencia al sistema capitalista como al marxista (en realidad son los mismos perros con distintos collares) y a sus utopías que sostienen la evidencia de una imposibilidad de ejecución real y efectiva.
Quizá lo más permanente en estos días del mensaje revolucionario y crítico del viejo escritor ruso sea su llamamiento al respeto a la Naturaleza, la promoción y el sostenimiento general de bienes tales como la salud, la simplicidad de vida, la dignidad, la moralidad y una visión del trabajo como algo que suponga poder mantener una vida sin necesidades básicas sin cubrir, que no socave la autoestima de la persona y le permita prosperar hacia una existencia razonablemente feliz.
Para Tolstoi, "no hay más que un remedio, abstenernos de practicar la violencia: la violencia física, la enseñanza sistemática de la violencia y toda justificación social de la violencia".
FICHA
CONTRA AQUELLOS QUE NOS GOBIERNAN.- Lev Tolstoi.- Trad. Aníbal Peña.- 125 págs. Ed. Errata Naturae.- ISBN 9788415217633
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