Mientras circulo por las dificultades de mi novela, de mi "work in progress" (¿o debería decir "word in progress"?) dedico parte de mi agobiado tiempo en escribir reseñas de cine y libros para el periódico y para mi blog. ¿Deber? No. Placer. Esa mala conciencia de trabajador de toda la vida de no dar "puntada sin hilo", incluso en mi retirada vida del mundanal ruido. Ahora estoy incurso en la lectura de varios libros con un denominador común, autores de estas tierras en las que me siento tranquilo y feliz, todo el círculo comarcal que, con el centro en los Puertos de Beceite, recoge tierras de Cataluña --La Franja, la Terra Alta, el Ebre-- y Aragón, el Matarraña. Así leo a Baltasar Casanova ("Salabror de riu"), Manel Ollé ("Micalet Verderol", "Macianet"), Silvestre Hernández ("El manuscrit de Wadi Al-Abmar" y "Aigües tèrboles") Jesús M. Tibau ("In un cop de vent..."), Asun Velilla ("Secretos del Matarraña") y Francisco Javier Aguirre, ("Los duendes del Matarraña" y "Tirana memoria"). Para mi es un gozoso descubrimiento palpar esa corriente caudalosa --que yo creía subterránea-- de la dinámica literaria que enriquece estas tierras. Mi amigo Serret --Octavio I, césar de los libros-- me ha proporcionado datos y libros de las gentes que tan bien sabe cuidar en su librería. Volveremos en más ocasiones a estos temas. No sólo es justo...es necesario. Cuidemos la cultura del libro, forma parte del espíritu de la tierra.
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