Bueno, el mercado tiene sus leyes. Lo malo es que a veces nos suele sorprender o lo que es igual, siempre se nos escapa algo que cambia las previsiones. Así los realizadores de "Sherk" han estado exprimiendo el limón de la franquicia con mayor o menos éxito y siempre con grandes beneficios, con lo que era de esperar que a alguien --Chris Miller-- le diera por sacarle partido a uno de los personajes mas encantadores de la saga, el gato-Banderas- con botas.
Vaya por delante una aseveración: no está mal. El producto está realizado con dignidad, con gracia y con bastante inventiva, a pesar de la previsibilidad de la mayoría del argumento. Pero hay secuencias con garra, desde la infancia del gato en el horfanato hasta la relación con Kitty, la gata ladrona --Helma Sayeck-- solo que aún así no logramos enganchar con el trepidante ritmo de la cinta ni logramos que el huevo-malo-traidor-bueno reconvertido- Humpty Dumpty, robado de "Alicia", nos acabe de caer simpático en ningún momento. Por esta causa o por otra, terminamos de ver la pelicula sin ninguna sensación memorable, como las que suelen regalar otras joyas animadas desde Toy Story a los mismos Shrek, "Up" y el primer "Car" (el 2 ha pinchado también en taquilla) o el ya lejano pero inolvidable robot Wall-e.
El gato logra su objetivo con el inmarchitable gracejo simpático de Antonio Banderas, pero se queda bastante solo en su propuesta, animado de vez en cuando con el desparpajo de la gata, que da pie a numerosos guiños destinados al publico adulto, un acierto habitual en las animaciones de Dream Works (entre ellos los destinados a recordar a los cinéfilos el "sello" épico de Banderas-Zorro). Pero si la técnicas y las "interpretaciones" dan lo necesario, ¿qué es lo que falla". Quizá el argumento.
Veremos en la próxima --seguro que iniciamos franquicia-- si se esmeran más los guionistas, porque el personaje tiene cuerda para rato. Quizá Dream Works debería robarle --o pedirles prestado-- un par de guionistas a Pixar.
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