Pues bien, amigos todos, llegó el 2011 y a pesar de la crisis, de todas las crisis, de las expectativas más o menos quiméricas, de todas las expectativas, las internas o las externas, de las nostalgias, de las que hacen algo de daño y de aquéllas que rozan siempre un fenómeno puntual, una puesta de sol, una sonrisa, aquélla mirada en el desván de las miradas imposibles, el eco de una canción o el fulgor de una cantata o una sinfonía, la frase de un clásico o el tópico de un famosillo, el casi imperceptible aleteo de un aroma, el recuerdo eterno de una caricia y el contacto de una piel amada, de todas las nostalgias como ecos de un pasado que es la sombra de una realidad que fue y no volverá...a pesar de todo ello, crisis, expectativas y nostalgias, os deseo a todos un 2011 lleno a rebosar de ilusiones, proyectos, ganas de llevarlos a cabo, sabiduría para escogerlos y por encima de todo, el mejor de los alicientes, el más poderoso de los afrodisíacos, el más sutil de los regalos: el amor, empezando por el que habéis de dedicar a vosotros mismos y seguido del que debéis proyectar sobre los demás y lo demás. Amor con mayúsculas para el 2011. El resto vendrá por añadidura.
Con mis mejores deseos
Alberto
Domingo 01/01/2011 20:50